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Sequía invernal: ¿Es tiempo de cambiar de rubro?

Si bien la atención del mundo entero está, justificadamente, en la pandemia causada por el COVID-19, hay otros temas de relevancia, como la mega sequía que afecta al territorio nacional. Un estudio del World Resources Institute ubicó a Chile en el lugar 18 de los países con mayor riesgo hídrico del mundo[1], escapando por un solo puesto de los clasificados con un estrés de agua “Extremadamente Alto”.



Sin ir más lejos, el año 2015 Chile destinó el 45% del gasto asociado a desastres a cubrir situaciones de falta de agua[2].


En algunos casos la situación llega a un punto en que la tierra deja de ser apta para cultivo, llevando a que agricultores vean peligrar su sustento. Pero hoy existen alternativas para aprovechar de otra manera la tierra, una que quizás hace algunos años hubiera sido impensada, pero que hoy puede ser no solamente válida, sino que, para ciertas personas, increíblemente útil. Hablamos de ocupar el espacio antes utilizado para agricultura para desarrollar pequeñas plantas de energía solar.


“Chile tiene características tanto de terreno como climáticas que lo hacen ideal para este tipo de rubro como son los pequeños parques fotovoltaicos. Gente que básicamente lo está perdiendo todo puede tener rentabilidad haciendo este giro y, al mismo tiempo, aportar un grano de arena al generar energías limpias” explica Víctor Opazo Carvallo, CEO de Solek Chile, compañía de origen checo experta en construcción, operación y mantención de plantas fotovoltaicas.


Entre las temperaturas extremadamente altas en verano y la prolongada falta de lluvias en los meses invernales, agricultores de diferentes envergaduras pueden ver una posible solución con diferentes aristas positivas, tanto como ayuda a descarbonización de la matriz, como un pequeño aporte al combate al calentamiento global de la mano de las energías limpias.


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