Una experiencia de ayuda y de vida barrial: un club deportivo, una familia.
Es sabido que el fútbol de barrio y el espíritu de unión son cuestiones inseparables. Durante décadas, los cubes deportivos han sido emblema de las poblaciones de cada una de las comunas tanto en grandes como en pequeñas ciudades dentro del país. La comuna de Independencia no es la excepción a esto y cuenta con variados e históricos clubes deportivos con distintos logros a nivel comunal y regional. El Club Social y Deportivo Eva de Perón existe hace décadas y si bien ha sabido de triunfos y derrotas, su mayor característica es la de conglomerar a personas y familias enteras de diverso estrato socioeconómico.

Para muchos de los que participamos en esta organización, el Club, es la una gran familia que nos acompaña en todo momento, “en las buenas y en las malas”, sobre todo en periodos difíciles donde la ayuda al prójimo es primordial.
En este club hay distintas personas, distintas clases sociales, distintas nacionalidades, diferentes pensamientos políticos y distintas formas de vida; sin embargo, pase lo que pase, hay unión. Los colores –albicelestes- solo nos distingue de otros equipos pero nos dan unidad y compromiso semana a semana, no solo en la cancha, sino también fuera de ellas, en esos espacios donde no llega el balón, pero si la palabra de apoyo, la risa y los buenos deseos.

En el contexto actual y gracias a un espíritu solidario, nuestro club ha sido capaz de alentar a aquellos que la han pasado mal y de aportar con víveres y otros enseres a quienes lo han necesitado. Diversas actividades y colaboraciones se han concentrado en el bienestar de nuestra gente.
En las conversaciones que muchos de los jugadores, socios y simpatizantes han tenido; se ha llegado a la simple y clara conclusión de que “nadie está libre de nada... y que en las malas es donde debemos apoyarnos más que nunca”. Es fácil celebrar los triunfos, pero no siempre lo es enfrentar las dificultades cotidianas. Este contexto nos ha enseñado y confirmado que “debemos ser unidos y cuidarnos entre todos”.
Esta reflexión pretende dar cuenta de que muchas veces, la unión y la cohesión social se expresan en espacios que muchas veces son estigmatizados y discriminados como lo es “el barrio” o “la población”. No necesitamos querer ser un club grande para mostrar las grandes personas que somos, pues “más que un club somos una familia”.
